Transparencia Internacional
Según su carta de presentación, fundada en 1993 con sede en Berlín pero operando en más de 70 países, la ONG Transparencia Internacional (TI) promueve medidas contra crímenes corporativos y corrupción política en el ámbito internacional, entendiendo a esta última como "el abuso del poder para beneficios privados que finalmente perjudica a todos y que depende de la integridad de las personas en una posición de autoridad". En este sentido, la mencionada organización creada por Peter Eigen, ex director regional del Banco Mundial, publica anualmente y desde 1995 el Índice de Percepción de Corrupción, una lista corporativa de corrupción a nivel global, elaborada en base a cuestionarios realizados a "personas de negocios" (encuesta empresarial) y "expertos" (consultoría especializada). Como su nombre lo indica, y por más extraño que suene, el citado indicador mide la "percepción" de corrupción estatal que tienen los ciudadanos de un determinado país. Incluso peor, lo que ciertos "especialistas" "perciben" del tema.

Índice de Percepción de Corrupción
Aunque el Presidente Macri lo cite como una de las más confiables y fehacientes fuentes de la estadística internacional, el ranking de países que se desprende del Índice de Percepción de Corrupción (IPC) sólo mide una sensación puramente subjetiva y personal, es decir, no contabiliza hechos delictivos concretos y comprobables de corrupción. El argumento explicativo de lo anterior es este: "El número de casos reales de corrupción no funcionaría como variable de medición porque las leyes y la aplicación de las mismas difieren significativamente de un país a otro". De manera que cabe preguntarse, siguiendo esta suerte de "corrupción relativa" y la inexistencia de casos definidos, si es posible medir la corrupción. Claramente, la respuesta es no. Sin embargo, cuando hay intereses monetarios y la posibilidad de hacer negocios de por medio, presentar mundialmente ciertos países como más o menos corruptos contribuye a perjudicarlos o beneficiarlos según sea la circunstancia. Casualmente, el IPC siempre califica injusta y tendenciosamente a las naciones en vías de emancipación con el objetivo de que ciertos grupos económicos negocien en condiciones especiales con los gobiernos respectivos de cada país.

No obstante, nobleza obliga, son los propios miembros de Transparencia Internacional quienes lo reconocen aclarando que su índice sólo mide la percepción de la corrupción y no la realidad, recordando a la vez que las personas y las empresas siempre toman decisiones a través de sus percepciones ya que la economía no se maneja por leyes sino por expectativas.

Otra vez el doble estándar
Según establece la organización Transparencia Internacional en su informe "Las Américas: cómo 2015 fue advertencia para los corruptos", se presencian dos tendencias notables en nuestro continente: "El descubrimiento de redes de corrupción a gran escala y la movilización masiva de ciudadanos contra la corrupción". De acuerdo al citado documento, el desafío de la región "será abordar las causas sistémicas que permiten la corrupción" dado que "los millones de personas que salieron a las calles lo hicieron para exigir que se termine de una vez por todas". Sin embargo, advierten que "esto solamente será posible si se emprenden profundas reformas institucionales" de manera que "los gobiernos deben asegurar reformas genuinas y sistémicas, empezando por garantizar que el poder judicial esté exento de influencias políticas".

Si tan importante resulta ser para Macri lo que Transparencia Internacional tiene para decirnos, justo hubiera sido que el Presidente leyera estas líneas. ¿O será que no lo hizo visto el intento de designación de dos jueces a la Corte Suprema por decreto?

¿Grupo Clarín en Transparencia Internacional?
Transparencia Internacional trabaja en la Argentina por medio de otra ONG, Poder Ciudadano, la cual encuentra entre sus fundadores a Teresa Anchorena, asesora de Alfonsín y Directora del Centro Cultural Recoleta y Secretaria de Cultura porteña en tiempos de De la Rúa; tiene como Director Ejecutivo a Pablo Secchi, politólogo de la Universidad del Salvador reconocido en 2011 a través del premio International Leadership Visitor Program que otorga el Departamento de Estado de los Estados Unidos; y cuenta en la Presidencia de su Consejo Administrativo a Hugo Wortman Jofré, uno de los abogados del Grupo Clarín. Estos nombres, apenas para dar algunos ejemplos.

Ahora bien, Transparencia Internacional se describe en su carta de presentación como una "Fundación sin fines de lucro y apartidaria que surge como iniciativa de un grupo de ciudadanos preocupados por la defensa de los derechos cívicos en nuestro país". Falso de toda falsedad. Estas organizaciones y sus indicadores -impuestos al mundo por quienes se arrogan ser sus dueños- deben ser desacreditadas de una buena vez y para siempre pues son la pata "académica" y "científica" del terrorismo financiero y especulador occidental.