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| Artículos de opinión

Shell en la Argentina: especulación y perjuicio económico

Autor | Federico Bernal


Conflictos de Interes
- El autor no manifiesta conflictos de interés


Palabras Claves
Aranguren, déficit, Dock Sud, downstream, especulación, gasoil, importaciones, refinación, renacionalización, Repsol, Shell, ultra



29-01-2014 | La jugada desestabilizadora de la firma anglo-holandesa y del banco inglés HSBC fue gravísima, aunque contrarrestada a tiempo por el gobierno nacional. Sin embargo, mucho más lesivo que el infructuoso ataque especulador del pasado jueves son los resultados exhibidos durante los últimos diez años por Shell en el mercado del downstream argentino. Los datos surgen de una nueva investigación del flamante Observatorio de la Energía, la Tecnología y la Infraestructura para el Desarrollo (OETEC - www.oetec.org). Si el señor Juan José Aranguren reparte su tiempo entre CEO de Shell y opositor político que "enseña el camino" (así definido por medios neoliberales), preguntamos: ¿resulta descabellado suponer que la empresa por él presidida está al servicio del retorno del neoliberalismo a la Rosada? Dejemos que Aranguren y los números de Shell respondan.


"Aranguren, el empresario que enseña el camino"
Entrecomillado, el título de una nota publicada por El Cronista el 8 de noviembre de 2013. Un día antes Aranguren había sido elegido CEO del año por los número uno de la gran burguesía "nacional". Dice el articulista que su galardón no sorprendió a nadie desde que "...el titular de Shell se convirtió en un símbolo personal de la resistencia frente a un Gobierno que hizo de las presiones a los empresarios un método de construcción política". De este razonamiento se deduce pues que Aranguren recibió la distinción por su accionar político y no por sus dotes empresariales. Y razones no faltaron. En efecto, la máxima autoridad de Shell viene interviniendo en política al menos desde 2005, destacando por su cerrada defensa de los preceptos del libre mercado y sus críticas netamente políticas a las medidas más avanzadas y populares del kirchnerismo. Veamos. En una entrevista concedida al diario La Nación en marzo del año pasado, el periodista le pregunta si "hay complacencia [empresarial] con las formas del Gobierno". Aranguren responde: "No tengo ninguna duda de que es así. Es como a los locos, se les da la razón sabiendo que con eso no se los cura, sino que se los mantiene en su enfermedad". ¿Quiénes vendrían a ser "los locos" en su comparación: los empresarios complacientes o los funcionarios del gobierno? Opiniones del estilo son frecuentes en Juan José (en adelante JJ), para quien la Ley de Abastecimiento es inconstitucional y La Nación es víctima de las "amenazas a la libertad de expresión" por parte del gobierno nacional. Asiduo y requerido panelista en charlas y seminarios de FIEL (integró su directorio), la Fundación Libertad y Progreso, el CEMA, etc., repite una a una las grandes zonceras del neoliberalismo doméstico, entre ellas, las tan en boga "crisis energética" y aquella que describe la preferencia ciudadana a "ahorrar en autos" como horrenda pesadilla. ¿Cómo es posible que un empresario de los combustibles despotrique contra un mercado con récord de venta de automóviles? En fin, bautizado de "corajudo en soledad" por el procesado intendente de la ciudad de Buenos Aires, JJ interviene en política en calidad de opositor porque el objetivo de Shell es dolarizar los precios de los combustibles, congelar el consumo y desregular-privatizar el sector energético e hidrocarburífero argentino. Coincide con Héctor Méndez en rechazar un Estado presente y rector. Pero mal que le pese, el "festival del consumo" -como JJ calificó peyorativamente a un pueblo con poder adquisitivo, un mercado interno pujante y una industria en expansión- sólo puede existir en las naciones soberanas y no sometidas a las recetas de ajuste. Y este es, indudablemente, el caso de la Argentina del Bicentenario. Para Aranguren, como para FIEL, el CEMA, La Nación, Clarín y los ex secretarios de Energía el problema del sector energético como económico es la expansión de la demanda, los subsidios, los precios y las tarifas sociales, el Estado empresario y protagónico. Ahora, el pensamiento de JJ reflejado en las cifras y tendencias exhibidas por la firma Shell. Antes, una breve descripción del mercado del downstream en nuestro país.

Refinación y combustibles
El mercado doméstico de los combustibles se reparte de la siguiente forma (acumulado enero-octubre de 2013): en materia de refinación, YPF ocupa el primer lugar con un 52,54%, seguida por Esso (Axion) con el 16,11%. La compañía anglo-holandesa se ubica en tercer lugar, con el 15,95%. En materia de elaboración de subproductos, YPF encabeza la producción de naftas súper (54%), con Shell en segundo lugar (17,3%) y Esso en el tercero. La producción de nafta ultra es liderada nuevamente por YPF (54,7%), con Shell alcanzando el 25,68%. En gasoil, la estatal saca la mayor ventaja a sus competidoras: 57,83% contra el 15% y 12,5% de Esso y Shell, respectivamente. La participación en las ventas para dichos combustibles se corresponden con sus respectivos porcentajes de elaboración. Cabe señalar que la producción de la firma anglo-holandesa proviene de una única refinería, la de Dock Sud, propiedad enteramente suya.

Shell: desabastecimiento, especulación y libre mercado
En la citada entrevista del diario La Nación, Aranguren afirmaba no querer irse de la Argentina -a pesar de su enfrentamiento con el gobierno nacional- pues la consideraba "un mercado importante y que tarde o temprano va a restablecer los valores en referencia con el mercado internacional". Señala allí mismo y como victoria, haber pasado de "110 estaciones en 2003 a 51 ahora", lo cual obedece a "un grave problema de rentabilidad". ¿Cómo puede ser que en uno de los países donde más se cuida y expande el consumo interno, batidor serial de récords en venta de automóviles año tras año, una empresa como Shell sufra mala rentabilidad y decida cerrar sus puntos de venta en un 50%? El entrevistador le pregunta sorprendido: "¿No habrá más estaciones?", a lo que JJ Aranguren responde: "sólo si hay rentabilidad". Está claro que la rentabilidad para este señor sólo es factible en un contexto de desregulación, libre mercado, sin retenciones ni decretos en los "negocios" (como exigen la Sociedad Rural y la UIA), con combustibles al precio internacional y exportaciones liberadas. Se explica, en definitiva, el insólito proceder de Shell y que acto seguido pasamos a detallar: la capacidad instalada de su refinería, que en 2003 llegó a estar al 74,7% (entendible), alcanzó su máximo de toda la década en 2007 (86,88%). Entre 2007 y 2009 se desplomó, para entonces alcanzar su segundo máximo en 2011 (85,79%), y volver a desplomarse durante el siguiente bienio para subir nuevamente entre enero y octubre del 2013 a un 83,72%. ¡Queremos preguntar! ¿Por qué, señor Aranguren, ha decidido Ud. mantener un promedio del 15-20% de capacidad ociosa de su refinería? Sigamos. En cuanto a la elaboración de nafta súper, aumentó un 73,32% entre 2003 y 2012, aunque con altibajos. Su participación más alta la alcanzó en 2005 (28,16%). ¡Queremos preguntar! ¿Cómo puede ser que su mejor marca en tan importante y pujante mercado sea de ocho años atrás? Más. Entre enero y octubre del año pasado, se observa una caída del 3,16% respecto a los mismos meses del año anterior. Al analizar el desempeño en naftas ultra, se entiende el motivo. El incremento en la elaboración de esta última fue el más pronunciado para todos los subproductos: cerca de un 125% entre 2003 y 2012 (14,31% del mercado en este rubro al 22,52%). Ídem para los diez meses de 2013, pasando de un 14,52% en igual período del año anterior al 25,68%. En otras palabras, la maximización de rentabilidad a través de una refinería ociosa volcada a nafta premium en detrimento de la súper, la misma política a la que nos tenía acostumbrados Repsol en YPF antes de su renacionalización.

El gasoil (el país): emblema de la especulación
Por último y más grave que todo, tenemos la elaboración de gasoil, la cual exhibe una importante declinación. Entre 2003 y 2012 disminuyó un 6,88%, pese al exponencial aumento de la demanda durante la década. En este segmento, Shell muestra su participación más baja y, vaya casualidad, el mínimo de 12,06% alcanzándose en 2008 (¡año de la 125!). En 2013, la producción se contrajo 0,93% respecto al mismo lapso del 2012. Pero resulta que la caída en la elaboración de gasoil se registra desde 2007, inversamente a la sucedido con la demanda interna. El razonamiento lógico sería: elabora menos, vende menos. ¿Fue así? ¡No! La empresa no limitó sus ventas sino que compensó la diferencia con importaciones. Entre 2007 y 2012, por ejemplo, las primeras estuvieron siempre por encima de la producción. Si sumamos a esos seis años el acumulado entre enero y octubre de 2013, la brecha se agiganta. En consecuencia, vemos que las importaciones crecieron entre 2008 y 2012 un 52,98% en cantidad, y un 48,14% en monto, saltando de 145,2 a 215,2 millones de dólares. Podría objetarse que la capacidad de refinación de Dock Sud estaba saturada. Hemos demostrado que eso es imposible. La capacidad ociosa entre 2008 y 2013 fue de un promedio de 10,77%, con un mínimo de 2,5% en 2011 y un máximo de 17,83% en los primeros diez meses del último año. Esta capacidad instalada no aprovechada por Shell explica que no fuesen elaborados 1.072.940 m3 de gasoil en este período, especialmente en 2012 y en lo contabilizado de 2013 cuando se dejaron de producir 255.928 m3 y 262.668 m3, respectivamente. La utilización del 100% de la capacidad instalada de producción de gasoil hubiera hecho innecesaria la importación de ese combustible en 2008, 2009 y 2012, años en los cuales se hubiera constatado un excedente (en la presente evaluación no se tuvo en cuenta las existencias de años anteriores que permitieron a la empresa cubrir la brecha entre ventas y elaboración más importación).

Conclusiones
Entre comienzos de 2008 y octubre de 2013, el corajudo solitario de JJ impidió al país ahorrar 748,6 millones de dólares o, si se prefiere, 215,2 millones en 2012 y 224,7 en 2013. Con semejante panorama descripto, que nadie se enfade si preguntamos (porque... ¡queremos preguntar!): ¿casualidad que la caída interanual más importante en todos los combustibles elaborados fuera durante aquel histórico julio del "no positivo"? Por donde se la mire, resulta evidente que la política de Shell se encuentra absolutamente divorciada de las necesidades del país, del constante y notable incremento de la demanda interna, así como de la seguridad jurídica del ciudadano productor y consumidor. En la entrevista brindada a La Nación, JJ aseveró que la renacionalización de YPF fue consecuencia de las "...muchas macanas [cometidas por Repsol]", obteniendo "el resultado de lo que es tuvo sembrando". La siembra de Shell está a la vista de todos.



Bibliografia
- OETEC

- Secretaría de Energía de la Nación

- Shell