ÁREAS de
INVESTIGACIÓN

Energia

| Artículos de opinión

Sobre la destrucción de la soberanía energética (liberalización de los combustibles)

Autor | Federico Bernal


Conflictos de Interes
El autor no manifiesta conflictos de interés


Palabras Claves
ajuste, Aranguren, autosuficiencia, combustibles, downstream, FMI, Grupo Shell, liberalización, pérdida de la soberanía, precios de las naftas, precios internacionales, producción de petróleo, provincias productoras, soberanía energética, tarifazo, WTI, YPF



26-09-2017 | Finalmente, el día D de la anarquía energética no se hizo esperar. ¿Sorpresa? La política económica -y con ella, el funcionamiento general del país- es digitada por la troika entre el FMI, la banca financiera acreedora del endeudamiento macrista y los fondos buitres. Su sello característico no puede ser más evidente en el Presupuesto 2018. Lógicamente, un proyecto político que porta semejante regalo bajo el brazo resulta inviable sin la destrucción sistemática del mercado interno, la producción y el empleo, la reprimarización y la pérdida de autosuficiencia económica, la destrucción de la soberanía energética. El mercado externo vuelve a manos de la Sociedad Rural, los granos y las vacas. El mercado interno se concentra en un puñado de corporaciones y empresas, extranjeras y nacionales (nacionales básicamente las de los Newman Boys), repartiéndose como en un juego de naipes los nichos más importantes a la vez que volcándose masivamente a las importaciones de manufacturas. El sector energético no escapa a esta lógica; es más, es tal vez su ejemplo más contundente. El Ministerio de Energía está en poder del Grupo Shell, cabeza de una cámara de empresas petroleras y de la energía eléctrica que cartelizan y actúan con abuso de posición dominante. La decisión de internacionalizar el precio de los combustibles es el golpe de gracia de la firma angloholandesa al modelo heredado, enorme contribución al ajustazo de fines de 2017 y el previsto para 2018. La dependencia energética del país se acelerará drásticamente, la pérdida del autoabastecimiento ahondará su marcado retroceso iniciado en diciembre de 2015, la destrucción del mercado interno y de la YPF renacionalizada se agravarán y las provincias productoras más allá de las tradicionales pampeanas (y tal vez se salve en algo Neuquén) se tornarán, como ya fuera decretado y puesto en práctica, en territorios absolutamente "inviables".



Fuente: Diario Ámbito, 3 de mayo de 2016. Dijo el CEO-ministro: "Si el consumidor considera que este nivel de precios es alto con relación a otros precios de su economía, deja de consumir. Si considera que no, no deja de consumir, pero parte de una base que es su toma de decisión. Son inteligentes". Y prometió: "Sobre la misma base en que ahora están las cosas, no va a haber necesidad de nuevos aumentos...". Los pésimos resultados de la gesta de Shell al frente de la energía argentina, pésimos para las clases populares, las pequeñas y medianas empresas, los trabajadores, etc., se agudizarán sin tregua ni pausa. Al ritmo del gran ajuste y del saqueo neoliberal -batuta en mano el FMI, los buitres y la banca financiera occidental- los consumidores argentinos en franca extinción consumirán cada vez menos, la producción de hidrocarburos se vendrá a pique y con ella el empleo y las cadenas de valor asociadas. El CEO-ministro nos dirá que ya no depende de él sino del mercado, y que estas son las reglas, queramos o no. Sucede que gracias a su eficiente gestión y la de sus pares, las empresas y corporaciones de estafadores inescrupulosos al frente del Poder Ejecutivo Nacional desacoplaron sus ganancias del bienestar del pueblo argentino y su mercado interno. Es más, les resultan incompatibles.

Sobre la destrucción de la soberanía energética: de dónde venimos…
Los intereses del Grupo Shell en el downstream argentino no empezaron a tallar con esta decisión. Vale recordar, como contexto obligado de la inminente liberalización de los precios de los combustibles, de dónde venimos:

1) La venta al público para las naftas y el gasoil en los primeros siete meses de 2016 es la más baja desde 2005; la segunda peor marca corresponde a 2017. La caída acumulada respecto de 2015 es del -3%;

2) La única variedad de combustibles cuya elaboración y ventas aumenta en el mercado interno en tiempos de administración neoliberal es la Ultra, esto es, la más cara y exclusiva de los vehículos más caros (mayormente importados). La nafta Súper y el gasoil grado 2, termómetros de la economía real, retroceden sin pausa: -4% en relación a 2015.

3) Las importaciones de combustibles se incrementaron un 29% en relación a 2015, en paralelo a una producción de crudo refinable (básicamente cuencas Neuquina y del Golfo San Jorge) transitando sus peores niveles desde 2012. Asimismo, cabe señalar que las importaciones de crudo en un año y medio de gestión macrista alcanzaron el 90% del total importado entre 2008 y 2015 para igual hidrocarburo, o un 50% de los volúmenes comprados al extranjero entre 2003-2015.

4) La caída del crudo refinable doméstico, paso crucial en la liberalización de los combustibles, obedece a la quita de subsidios para la protección de la producción local (precio sostén). En este sentido, el adelantamiento de la internacionalización del precio destruye cualquier atisbo de arreglo entre las empresas y los trabajadores de las provincias de Chubut y Santa Cruz (sobre todo). Neuquén no es ninguna una excepción, aunque por los no convencionales tiene mayores posibilidades de sostener su ya flexibilizado y precarizado empleo.

Sobre la destrucción de la soberanía energética: dónde estamos y hacia dónde vamos…
5) La internacionalización de los precios de los combustibles los ata al precio internacional del petróleo (WTI), con una proyección levemente al alza en 2018. El crudo refinable de origen nacional quedará, al menos en lo que resta de 2017, con valores superiores. Esta dualidad entre desregulación hacia afuera y regulación hacia adentro (no es casualidad) acentuará o mantendrá estable la caída de la producción de petróleo (cayó un 8% en los primeros siete meses del año en relación a 2016, acumulando un -11% con 2015).

6) Más sobre la dualidad explicada en el párrafo anterior. La administración Macri, paradójicamente, cuenta con un elemento de presión adicional en la negociación con petroleras renegadas (las mismas que días atrás, durante la Exposición Argentina Oil & Gas pidieron por boca del titular del IAPG precios sostén). En este contexto de precios internacionalizados y desregulados, mantener los subsidios al barril doméstico encarecerá el crudo local frente al importado (que no habrá de variar mucho en los próximos meses). Se perjudicarán YPF, PAE, Pampa Energía (dueña de Petrobras) y Tecpetrol. Aunque la más perjudicada es la estatal.

7) YPF no es dueña de sí misma. Presenta un directorio cooptado por los ex secretarios Daniel Montamat y Emilio Apud, presididos por un ex JP Morgan. Y aún más importante, YPF es dirigida por los intereses del Grupo Shell, como se dijo, a la cabeza del Ministerio de Energía. La estatal redujo sus inversiones dramáticamente, está siendo desplazada de los principales yacimientos no convencionales en Vaca Muerta, expende combustibles prácticamente al mismo precio que Shell y Axion y perdió un 5,2% de cuota de mercado por ventas al público de naftas y gasoil entre el año y medio de gestión macrista con el año y medio entre 2014 y junio de 2015. Shell, por su parte, se expandió un 17,4%, mientras que Axion y Petrobras un 3,2 y 1,7%, respectivamente. La internacionalización del precio de los combustibles es el golpe de gracia a YPF.

8) Shell, importará el petróleo que produce en el mundo (Royal Dutch Shell). Igual para Axion, refinadora y comercializadora propiedad de Bridas (Bulgheroni/CNOOC) y BP, de acuerdo a los últimos cambios societarios. BP es British Petroleum, monstruo corporativo de origen británico que también produce crudo a nivel internacional. En un mercado liberalizado, Shell pasará a estar integrada verticalmente hacia afuera, lo mismo que Axion. YPF, si bien podrá comprar crudo afuera -dependerá de la aprobación de Aranguren- carece de esa ventaja.

9) En la Argentina, por la devaluación constante de la moneda, las refinadoras ajustarán además de por el precio internacional también por la cotización de la divisa estadounidense. Comprarán en dólares el petróleo, pero venderán combustibles en pesos. Sucederá entonces que, cuando el precio del WTI baje, no trasladen proporcionalmente la baja a los combustibles, tal y como ha sucedido siempre en mercados abiertos y anárquicos.

Sobre la destrucción de la soberanía energética: entre Chile, Uruguay y los huracanes del Estado de Texas...
10) ¿A cuánto subirán los precios de los combustibles? Más importante que el número, indeterminable como sucede con las tarifas de luz y gas, es conocer el engendro al que la administración Macri nos somete. La Argentina, a partir del 1 de octubre, se ubicará en algún punto entre Uruguay y Chile. Ambos países importan el 100% del crudo demandado en sus refinerías. La Argentina, en cambio, produce internamente cerca del 98% del crudo que refina (aunque, como vimos, es cada vez menor). Sin embargo y como sucede en las naciones aludidas, pasaremos a depender de los precios internacionales. Delicias de la anarquía de mercado y la supremacía del Grupo Shell.

11) ¿Cómo serán los incrementos? Uruguay tiene los precios más altos de América Latina en naftas, un sistema mixto entre regulado y con fuerte influencia del crudo extranjero. Ahora ronda los 27,5 pesos el litro de la Súper. El sistema chileno de regulación de los precios, por su parte, es más vulnerable al extranjero. El precio actual es de 21,31 pesos argentinos la Súper. El 4 de septiembre estaba en 20,86 pesos, también de nuestra moneda. Tal incremento del 2,2% en un par de semanas acompañó la subida del precio internacional. Pero acá hay dos diferencias en relación a la Argentina y que no permitirán amortiguar tanto las subas: 1) en Chile la única refinadora es la estatal ENAP, que regula la producción y vende a las empresas comercializadoras; y 2) no existe un proceso devaluatorio tan significativo como el nuestro.

12) La economía argentina depende de la timba financiera, sujeta a los vaivenes internacionales. Con la liberalización de los combustibles, la política energética nacional pierde lo poco que tenía de autonomía. Los precios internacionales del petróleo los controlan traders que apuestan en contratos a futuros de crudo en los mercados de commodities. Esto explica la variación diaria.

Los precios ofertados, a su vez, dependen de factores políticos, geopolíticos y propios de la demanda y la oferta. A partir del 1 de octubre, o más precisamente, a partir del 22 de octubre, llenar un tanque de nafta o gasoil dependerá del humor de la dinastía saudí y su guerra eterna con los iraníes, de los productores de shale en EE.UU., de la cantidad de huracanes que pasen por el Estado de Texas afectando al primer estado productor, de la seguridad de los pozos y oleoductos en Medio Oriente y del transcurrir de la puja entre la OPEP, Rusia y EE.UU.

Conclusiones
La pérdida de autosuficiencia económica, la apertura comercial indiscriminada, la reprimarización de las exportaciones, la eliminación de las inversiones estatales destinadas a proteger el empleo y la producción locales (subsidios), la destrucción de las empresas públicas (sobre todo aquellas con poder testigo y rector), la desregulación masiva, en definitiva, el poder de las empresas en detrimento de la seguridad jurídica ciudadana y de una Argentina pujante y moderna tiene su correlato en materia energética.

La destrucción de la soberanía y del autoabastecimiento petrolero, gasífero y en combustibles se adentra en una fase superior con la liberalización del precio de los productos refinados; sus consecuencias, que trascienden el simple aumento de los precios en las estaciones de servicio, son imposibles de determinar.

Los pésimos resultados de la gesta de Shell al frente de la energía argentina, pésimos para las clases populares, las pequeñas y medianas empresas, los trabajadores, etc., se agudizarán sin tregua ni pausa. Al ritmo del gran ajuste y del saqueo neoliberal -batuta en mano el FMI, los buitres y la banca financiera occidental- los consumidores argentinos en franca extinción consumirán cada vez menos, la producción se vendrá a pique y con ella el empleo. El CEO-ministro nos dirá que ya no depende de él sino del mercado, y que estas son las reglas. Sucede que gracias a su eficiente gestión y la de sus pares, las empresas y corporaciones de estafadores inescrupulosos al frente del Poder Ejecutivo Nacional desacoplaron sus ganancias del bienestar del pueblo argentino y su mercado interno. Es más, les son incompatibles.



Bibliografia
OETEC (28/08/2017) De la estafa electoral a la estafa energética - Capítulo La Estafa del Tarifazo del Gas (Pesada Herencia)
http://www.oetec.org/nota.php?id=2767&area=1

El Cronista, posición de las empresas a favor del precio sostén
https://www.cronista.com/economiapolitica/Petroleras-exigen-que-Gobierno-de-un-precio-sosten-para-producir-mas-gas-20170920-0043.html