"Ing. Enrique Martín Hermitte"
Soberanía y Seguridad Jurídica Popular
| Artículos de opinión
Autor | Ricardo De Dicco,
Conflictos de Interes
El autor no manifiesta conflictos de interés
Palabras Claves
ARN, Atucha I, Atucha II, central nuclear, CNEA, Cristina Fernández de Kirchner, Embalse, energía nuclear, ex secretarios, industria, Jorge Lapeña, Jorge Oviedo, Juan Domingo Perón, Ministerio de Planificación, NA-SA, Néstor Kichner, Plan Nuclear Argentino, tecnología
24-02-2015 |
En el presente artículo procederemos a responder las declaraciones del ex secretario de Energía Jorge Lapeña y de su entrevistador Jorge Oviedo publicadas en el diario La Nación.
El 22 de febrero de 2015 el diario La Nación publicó un artículo del periodista Jorge Oviedo titulado "Cristina inaugura lo viejo y finge batallas" http://www.lanacion.com.ar/1770290-cristina-inaugura-lo-viejo-y-finge-batallas, crítico por supuesto de la inauguración de la Central Nuclear Atucha II. Curiosamente, Oviedo entrevista al ex secretario de Energía Jorge Lapeña, uno de los principales responsables de las demoras del Proyecto Atucha II y de la casi desaparición del Plan Nuclear Argentino. Antes de proceder a responder cada una de las declaraciones de pertinencia, vale repasar brevemente la gestión de Jorge Lapeña al frente de la Secretaría de Energía de la Nación entre el 14 de abril de 1986 y el 2 de marzo de 1988.
El señor Lapeña, además de haber sido secretario de Energía de la Nación de la administración alfonsinista, fue también subsecretario de Planificación Energética (1983-1986) y presidente del directorio de YPF (1987-1988); durante el gobierno de De la Rúa fue miembro del Directorio de la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA) entre los años 2000 y 2002, y presidente de la misma entre agosto y diciembre de 2001. Los principales resultados de su gestión fueron:
- disminución del flujo de fondos de la CNEA, que afectó seriamente la situación financiera de su cadena de valor industrial y puso en alto riesgo la continuidad del Plan Nuclear iniciado en 1950;
- demorar las obras y por consiguiente la puesta en marcha de Atucha II (originalmente programada para 1987);
- cancelar la construcción de las tres unidades gemelas de Atucha II;
- demorar el desarrollo del Proyecto CAREM, primer reactor nuclear de potencia del tipo PWR diseñado en el país;
- paralizar el desarrollo tecnológico para enriquecimiento de uranio, indispensable para poder en el futuro suministrar combustible a reactores nucleares de potencia del tipo PWR y de investigación y producción de radioisótopos;
- demorar la terminación de obras y de puesta en marcha de la Planta Industrial de Agua Pesada, requerida para satisfacer las necesidades de las centrales nucleares de potencia operativas;
- cancelar el desarrollo del RA-9, reactor nuclear de investigación y de producción de radioisótopos de aplicaciones médicas e industriales;
- cancelar los proyectos ARGOS 380 y TPA 300 (reactores nucleares de potencia), resultantes de la transferencia tecnológica recibidas con Atucha I y con Embalse, respectivamente;
- demorar las obras y puesta en marcha de las represas hidroeléctricas Piedra del Águila y Yacyretá.
- no realizar inversiones en el mantenimiento del parque de generación térmico-fósil de SEGBA, que resultó a los pocos días de su salida en la secretaría de Energía en una serie cortes de energía programados, que se agravaron a lo largo de todo 1988 y el verano siguiente;
- incapacidad para planificar las muy necesitadas obras para aumentar el parque de generación y las correspondientes para lograr la interconexión eléctrica de todo el país en líneas de alta y de extra alta tensión;
- convalidar los contratos de explotación (hecho conocido como privatización periférica de YPF) de la última Dictadura Militar en desmedro de los intereses vitales de YPF y por consiguiente del Pueblo Argentino;
- propiciar 23 aumentos de combustibles, los que acumulados fueron los siguientes: 620% nafta común, 620% nafta súper y 734% gasoil.
Hecha esta introducción, procederemos a responder las declaraciones del ex secretario de Energía Jorge Lapeña y las afirmaciones del periodista Oviedo en la nota de referencia publicada en el diario La Nación, verdadero atentando desinformativo cuyo objetivo se basó en ridiculizar la inauguración de Atucha II, la fecha en la que se alcanzó el 100% de su potencia instalada así como también el relanzamiento del Plan Nuclear Argentino.
¿Ocultar el 18F?
En la nota de referencia firmada por el periodista Jorge Oviedo, su entrevistado, el ex secretario de Energía Jorge Lapeña afirmó que: "El motivo era celebrar que la central había obtenido de la autoridad regulatoria la autorización para operar al 100% de su capacidad, o sea, 720 MW; la fecha elegida, 18 de febrero, fue sorpresiva y teniendo en cuenta que la autorización fue otorgada en los últimos días de enero de 2015, no parece tener un objetivo técnico". El periodista agregó: "Nada pudo ocultar que la Presidenta quería tapar la marcha de recuerdo y homenaje al fiscal Nisman con un festival de la alegría. Como los cantantes que no tienen nuevas canciones para editar, hubo un refrito, un "grandes éxitos"".
Pasemos a explicar técnicamente lo que el ex secretario de Energía y ex miembro del directorio de la CNEA parece no entender o desconocer. Luego de la finalización de los ensayos del 75% de potencia bruta (559 MWe) y la parada programada para mantenimiento del 7 al 12 de enero de 2015, el día 20 de enero a las 10 am la Autoridad Regulatoria Nuclear (ARN) autorizó a Nucleoeléctrica Argentina S.A. (NA-SA) aumentar la potencia de Atucha II al 100% (745 MWe, y no 720 MWe como señaló el ex secretario de Energía). El primer escalón se efectuó ese mismo día y fue del 75% al 80% de su potencia, quedando en esa condición por un lapso de tres horas para efectuar mediciones de potencia en el ciclo térmico y permanecer en ese nivel hasta el día siguiente, cuando se subió 2%/hora hasta llegar al 90% de su potencia bruta (675 MWe), que es el límite técnico que fijan la potencia lineal de los elementos combustibles (EC) y el DNB (Departure from Nucleate Boiling, que se traduce como distancia a la ebullición). A partir de entonces se planificó continuar con las permutaciones de posición de los EC del núcleo para optimizar el quemado y la reactividad del núcleo. Cuando se alcanzaran los días de plena potencia (DPP) necesarios, se continuaría con la subida de potencia hasta el 100%, y esto podía demandar de 20 a 30 días después de la autorización de la ARN del 20 de enero. Es decir, aumentar del 75% al 100% no es algo que se logra en cuestión de horas o de pocos días como sugiere el ex secretario de Energía; es, por el contrario, un trabajo que debe cumplir con una serie de procedimientos y cuestiones técnicas, es decir, con limitaciones técnicas vinculadas a los factores de tener suficiente quemado del núcleo (DPP) y no alcanzar la temperatura de ebullición a la salida del canal más caliente (DNB). En suma, para el 20 de enero se estimaba que alcanzar esos valores no demandaría menos de 20 días. Aproximadamente unos 12 días antes de la inauguración se pudo establecer que esos valores podían ser alcanzados el 18 de febrero.
Cuando un radical proscribió a Íllia
Según Lapeña: "La presidenta de la Nación atribuyó erróneamente al General Perón el haber lanzado la central de Atucha I, cuando en realidad cortó las cintas de inauguración siendo presidente de la Nación en marzo de 1974; omitió decir que la central fue iniciada en 1968 y que fue una obra realizada en las "gestiones de facto" de los generales Onganía, Levingston y Lanusse, que precedieron al general Perón, quien asumió el gobierno en septiembre de 1973, cuando las obras ya concluían".
En realidad, la Presidenta de la Nación Dra. Cristina Fernández de Kirchner dijo textualmente "Acá lo tienen a Perón inaugurando Atucha I, ahí había comenzado la Argentina a desarrollar su plan nuclear". En ningún momento de su discurso dijo que Perón inició las obras de Atucha I, sino que la inauguró. Cabe señalar en relación al desarrollo del Plan Nuclear Argentino que el mismo comienza en 1950 con la creación de la CNEA, durante el primer gobierno de Juan Domingo Perón; aunque vale decir que con la puesta en operación comercial de Atucha I en 1974, se inicia una nueva etapa del Plan Nuclear Argentino, que es la etapa de la generación nucleoeléctrica. Ahora bien, es cierto lo que advierte Lapeña en relación a que las obras de Atucha I se iniciaron en 1968 durante la dictadura de Onganía y continuaron durante las dictaduras de Levingston y Lanusse, sin embargo, lo llamativo es que siendo él un ex funcionario de gobiernos de la Unión Cívica Radical (UCR) "olvidó" mencionar que el Proyecto Atucha I nace durante el gobierno del presidente constitucional por la UCR Arturo Umberto Íllia. Veamos un poco de historia.
La CNEA inicia el estudio sobre la posibilidad de instalar una central nuclear de potencia a comienzos de 1964, y en el contexto de la visita presidencial de Charles De Gaulle en octubre de ese año es cuando comienza a recibir asesoramiento por parte de la Commissariat à lEnergie Atomique (CEA) de Francia. Por consiguiente, se firmaron varios convenios entre los cuales se estipulaba la capacitación en Francia de técnicos argentinos. Pocos meses más tarde, con el Decreto Nº 485/65 del Poder Ejecutivo Nacional, del 22 de enero de 1965, la CNEA recibe el aval para elaborar un estudio de factibilidad para la instalación en la región eléctrica Gran Buenos Aires - Litoral de un reactor nuclear de potencia para el suministro de electricidad de la región mencionada, que correspondía al rango de 300 a 500 MWe de potencia (300 MWe porque era la menor potencia para que resultara económica, y 500 MWe era la máxima que soportaría la red eléctrica de ese momento) y para cuatro equipos de tecnologías diferentes, de los cuales dos emplearían como combustible uranio natural y los otros dos uranio levemente enriquecido, según manifiesta Jorge Sábato, padre de la industria metalúrgica nuclear argentina. En aquel entonces existían en el mundo sólo 50 centrales nucleares de potencia (hoy existen 439 operativas y otras 69 bajo construcción), la mayoría de ellas localizadas en Estados Unidos, Reino Unido, Francia y la ex Unión Soviética. El estudio de factibilidad fue presentado por la CNEA en mayo de 1966 (antes del golpe de Estado de Onganía), estimándose una posible puesta en marcha de la nueva central nuclear hacia el año 1971 y que por lo menos debería operar por un lapso mínimo de 25 años.
Un año después del golpe de Estado, en Julio de 1967 el Poder Ejecutivo Nacional convocó a la presentación de las ofertas técnicas y comerciales, en las que participaron 17 empresas de Estados Unidos, Canadá, Alemania, Francia y el Reino Unido. En febrero de 1968 se anunció por Decreto Nº 749/68 que se encargaba a la empresa alemana KWU (Kraftwerk Union), subsidiaria de Siemens AG, la construcción de una central nuclear de potencia de 319 MWe (se trataba de un prototipo) del tipo PHWR que empleaba uranio natural como combustible y agua pesada como moderador y refrigerante. Años más tarde se le incrementó la potencia bruta hasta los 357 MWe, y hace más de tres años a 362 MWe.
La construcción de Atucha I se inició el 1º de junio de 1968. Las obras de construcción estuvieron a cargo de KWU-Siemens, donde la CNEA y su cadena de valor industrial tuvieron la siguiente participación en las diferentes etapas del proyecto: 0% en la ingeniería, 90% en la obra civil, 50% en los montajes electromecánicos y 13% en los suministros electromecánicos. Durante la construcción de la Central, se desarrollaron técnicas sofisticadas relativas a soldadura en cañerías y recipientes, con ensayos destructivos y no destructivos de materiales con un riguroso control de calidad. Previo a la operación, los futuros planteles operativos fueron entrenados en instalaciones nucleares alemanas, absorbiendo los conocimientos más avanzados en este campo.
El reactor de Atucha I alcanzó por primera vez estado crítico el 13 de enero de 1974, se sincronizó a la red eléctrica el 19 de marzo e inició su operación comercial el 24 de junio, convirtiéndose no sólo en la primera central nucleoeléctrica de la Argentina sino también de todo el Hemisferio Sur.
¿Plan Nuclear del Proceso?
Según Lapeña: "El segundo error grueso de la Presidenta consiste en haber validado sin beneficio de inventario todas las decisiones de la dictadura y haber asumido el Plan Nuclear del Proceso como propio, poniéndose ella misma como continuadora del mismo. Las decisiones de construir la central nuclear de Atucha II, la Planta Industrial de Producción de Agua Pesada y otros proyectos de reprocesamiento de combustibles irradiados y enriquecimiento de uranio fueron tomadas en el más absoluto secreto por el régimen militar".
Estas afirmaciones son una grosera tergiversación de la historia nuclear. El Plan Nuclear Argentino siempre fue una política de Estado, al menos desde su creación en 1950 y hasta por lo menos 1984, porque vale decir que a partir de entonces y hasta 2003 numerosos proyectos fueron cancelados, otros demorados, y la industria metalúrgica nuclear junto a miles de técnicos y profesionales en la materia fueron desapareciendo durante las décadas del 80, 90 y principios de 2000. En efecto, desde su creación en 1950 la CNEA tuvo como objetivo no sólo formar profesionales en la actividad nuclear, sino desarrollar un plan estratégico con fines pacíficos que permitiera construir en el futuro reactores de investigación y de producción de radioisótopos para aplicaciones médicas e industriales, y para ello resultaba primordial dominar el ciclo de combustible nuclear. Es por ello que en los primeros años de vida de la CNEA comienzan a realizarse las primeras prospecciones de yacimientos uraníferos en el territorio nacional y el diseño y fabricación de elementos combustibles para los futuros reactores de investigación y producción; tan rápido fue el avance que el 1º de enero de 1958 se ponía en marcha el RA-1, primer reactor construido con mano de obra local en el Hemisferio Sur, y para entonces la CNEA comenzaba con su primera exportación: transferencia de tecnología para el diseño y fabricación de elementos combustibles para reactores de investigación a la entonces República Federal Alemana.
Con el gobierno de Íllia, más precisamente en 1964 y en 1965 como vimos antes, para refrescar la memoria del ex secretario de Energía Lapeña, se sumó a este plan estratégico la necesidad de avanzar en la construcción de reactores nucleares de potencia, que necesariamente requerían de transferencia tecnológica del exterior y del desarrollo de la cadena de valor industrial y tecnológica pertinente para poder cerrar localmente el ciclo de combustible nuclear, y esto demandaba la instalación en el país de plantas para la producción de polvo de dióxido de uranio, de fabricación de elementos combustibles para centrales de potencia y de producción de agua pesada (por la tecnología seleccionada tanto para Atucha I, como años más tarde para Embalse, Atucha II y las tres unidades gemelas a ésta última que se planificó construir y que fueron canceladas durante la administración de Alfonsín). En ese sentido y lejos de continuar con el "Plan Nuclear del Proceso" lo que el gobierno de Néstor Kirchner hizo fue relanzar el Plan Nuclear Argentino nacido en 1950, el mismo que evolucionó a paso firme hasta mediados de los 80 y que a partir de ese momento comenzó a desarticularse, siendo totalmente paralizado en 1994.
El citado relanzamiento ocurrido formalmente el 23 de agosto de 2006 significó no sólo reactivar las obras de Atucha II, sino reactivar toda la actividad e industria nuclear, es decir y a modo ilustrativo, reactivar la planta de producción de agua pesada, recuperar el know how que estaba a punto de perderse para el desarrollo de reactores de potencia del tipo PWR (como el Proyecto CAREM) y del combustible asociado (mockup para enriquecimiento de uranio en el Complejo Tecnológico Pilcaniyeu), e incluso profundizar los avances en otras áreas, como es el caso de la medicina nuclear, terminando las obras en 2006 y en Buenos Aires de un centro de diagnóstico de medicina nuclear; actualmente hay tres nuevos centros de medicina nuclear en construcción en las provincias de Entre Ríos, Formosa y Río Negro cuyas obras finalizarán en pocos meses, más otros dos a punto de iniciar sus obras en Santa Cruz y en Santiago del Estero.
En suma, la nueva fase del Plan Nuclear Argentino a partir de 2003 y en particular desde su relanzamiento formal en agosto de 2006 significó, entre otros hitos:
- reactivar la terminación de obras y puesta en marcha de Atucha II;
- reactivar la producción de la Planta Industrial de Agua Pesada;
- desarrollar los programas pertinentes a la extensión de vida útil para las centrales nucleares de potencia en operación (Embalse y Atucha I);
- reactivar el Proyecto CAREM mediante las acciones requeridas para la construcción del prototipo del reactor de potencia de diseño nacional;
- reactivar el desarrollo e innovación de la tecnología de enriquecimiento de uranio en el Complejo Tecnológico Pilcaniyeu y estudiar los diferentes métodos de separación isotópica;
- planificar la construcción de nuevos reactores nucleares de potencia;
- mantener y acrecentar la capacidad tecnológica para el desarrollo, el diseño, la ingeniería y la fabricación de elementos combustibles para centrales nucleares de potencia y reactores experimentales, y de blancos de irradiación para la producción de radioisótopos;
- fortalecer e incrementar la producción de radioisótopos para satisfacer la demanda nacional y la provisión de radiofármacos específicos, optimizando el desempeño de reactores de investigación y producción, así como también de las plantas de producción asociadas;
- iniciar el desarrollo del reactor nuclear multipropósito RA-10, para aplicaciones en medicina, industria, agro y científicas;
- planificar la construcción de centros de medicina nuclear y molecular en el interior del país;
- reactivar la minería del uranio en sus áreas de exploración, explotación y restitución ambiental.
Ex secretarios anti-nucleares y la paradoja de los fiscales
El periodista Oviedo opina que "Tal vez, sea injusto haber rebautizado Néstor Kirchner la nucleoeléctrica tan demorada. Quizá lo más justo hubiera sido honrar al recientemente fallecido ilusionista René Lavand, famoso por su latiguillo sobre sus inolvidables trucos: "No se puede hacer más lento"". Es la opinión de un ciudadano y debe ser respetada. En nuestra opinión estamos de acuerdo en que Atucha II haya sido renombrada "Central Nuclear Dr. Néstor Carlos Kirchner" porque fue justamente este Presidente de la Nación quien en el contexto de relanzamiento del Plan Nuclear Argentino durante su gestión tomó la sabia decisión estratégica de instruir al Ministerio de Planificación Federal la reactivación del Proyecto para que NA-SA, empresa pública dependiente del citado Ministerio, propietaria y operadora de las centrales nucleares de potencia del país, asumiera la responsabilidad de ejecutarlo en carácter de arquitecto-ingeniero y contratase a empresas argentinas para que participaran en la culminación del mismo, por cierto, iniciativa lograda satisfactoriamente. Sin embargo, hemos de suponer que cuando el periodista afirma "tan demorada" (las obras de la central), se estará refiriendo a que la responsabilidad de esta demora corresponde a los ex secretarios de Energía entre 1982 y 2003, siendo destacable la demora de las obras en la gestión del señor Jorge Lapeña, su entrevistado de lujo. Es decir, fueron justamente los ex secretarios de Energía miembros del grupo liderado por Daniel Montamat -copiosamente convocados por el señor Oviedo en sus panfletarias notas- quienes no sólo demoraron el proyecto por 21 años y siquiera lo terminaron, sino que incluso pusieron en riesgo de desaparición al Plan Nuclear Argentino y a toda su cadena de valor industrial y tecnológica. Aquí los máximos críticos de la Argentina Nuclear, tan paradójico como los fiscales convocantes de la marcha del 18F.
Yapa
Por último y a modo de cierre, Oviedo escribe que "según la Presidenta, en Atucha II el 88% de la obra fue nacional. Otra vez, Lapeña corrige y calcula: "Es muy difícil que la participación de la industria nacional haya superado en Atucha II el 50% del total" y advierte sobre los faraónicos planes: "No hay peores decisiones que las de un gobierno apurado y cerrado a la crítica"". En nuestra nota titulada "Atucha II y la industria nacional", publicada en el portal del OETEC http://www.oetec.org/nota.php?id=1056&area=1 (originalmente publicada en el Suplemento Especial de Página/12 del domingo 22 de febrero de 2015 dedicada a Atucha II), caracterizamos justamente la participación de la industria nacional en el proyecto de terminación de obras y puesta en marcha de Atucha II. Lo que Lapeña afirma sin sustento alguno y vergonzosamente, es respondido con lujo de detalle.
Bibliografia
La Nación (22/02/2015): http://www.lanacion.com.ar/1770290-cristina-inaugura-lo-viejo-y-finge-batallas
Bernal, Federico; Sabbatella, Ignacio; De Dicco, Ricardo (2014). Ex secretarios de Energía bajo la lupa. ¿Quiénes son, qué hicieron y a quiénes representan los críticos energéticos del kirchnerismo? Editorial Planeta. Buenos Aires, diciembre de 2014.
De Dicco, Ricardo (22/02/2015). Atucha II y la Industria Nacional. Publicado en Suplemento Especial del diario Página/12.
De Dicco, Ricardo (19/02/2015). Atucha II: Montamat otra vez haciendo el ridículo. Nota de Opinión del OETEC. http://www.oetec.org/nota.php?id=1046&area=3
De Dicco, Ricardo (28/02/2014). 40º aniversario de la puesta en marcha de la Central Nuclear Atucha I. Documento de Trabajo del OETEC. http://www.oetec.org/informes/atucha.pdf
Freda, José Francisco (29/12/2014). Comentarios al libro "Ex secretarios de Energía bajo la lupa" - parte 1. Nota de Opinión del OETEC. http://www.oetec.org/nota.php?id=921&area=2
OETEC (18/02/2015). Atucha II alcanzó el 100% de su potencia instalada. http://www.oetec.org/nota.php?id=1043&area=3
Presidencia de la Nación Argentina (18/02/2015). Palabras de la Presidenta de la Nación Cristina Fernández de Kirchner en la Central Nuclear Atucha II "Presidente Néstor Kirchner". http://www.presidencia.gov.ar/discursos/28481-puesta-en-funcionamiento-al-100-de-la-central-nuclear-nestor-kirchner-atucha-ii-palabras-de-la-presidenta-de-la-nacion
Sábato, Jorge (2014). Estado, política y gestión de la tecnología. Obras escogidas (1962-1983). UNSAM EDITA, 1º edición - Universidad Nacional de San Martín. Buenos Aires, junio de 2014.