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Mejora la calificación crediticia, ¿una buena noticia?

Autor | OETEC-ID


Palabras Claves
calificación, EPPA, macrismo, riesgo, S&P, Standard and Poor´s



12-02-2016 | [Economía Política para la Argentina - EPPA] En los últimos días la calificadora internación de riesgos Standard and Poor´s (S&P) aumentó la nota de la deuda argentina en moneda local del peldaño CCC+ a B- mejorando la posición de la nueva administración de cara a la vuelta a los mercados internacionales de capitales. *


Por su parte si bien la deuda en divisas extranjeras continúa bajo el rótulo de "default selectivo" es esperable que se promuevan nuevos cambios en virtud de las negociaciones que se están llevando a cabo con los fondos buitres.

Para el recién entrado gobierno de Mauricio Macri esto representa una buena noticia en su macabro plan de mega endeudamiento externo que se puso en práctica con los nuevos contactos con los organismos internacionales de crédito, específicamente con el FMI, y con la vuelta de las relaciones carnales con EEUU, entre asados y gestos condescendientes.

Para la sociedad en su conjunto la cuestión es bastante diferente ya que este tipo de modificaciones en las notas de créditos siempre se encuentran plagadas de condicionalidades explícitas en donde la austeridad y los ajustes son las reglas a aplicar.

Y no solo no se trata de ser un buen alumno en términos de cumplimentar con las recomendaciones con las que ellos generalmente pregonan, es que incluso respetando a rajatabla todos sus paquetes de políticas ortodoxas la tarea de estos organismos, de créditos y calificadoras, el objetivo sigue siendo la de sumir a los países en vías de desarrollo en un estado de decadencia económica y dependencia financiera.

No hace falta ir muy lejos, para encontrar un ejemplo del mecanismo de subyugación y de complicidad con los grupos de financieros internacionales que caracterizan a las calificadoras de créditos. Nuestro principal socio comercial, Brasil, se encuentra actualmente atravesando por un proceso similar, con la misma calificadora de riesgo, Standar and Poor´s, pero en el cual la modificación de la nota fue a la baja, pasando de BB- a BB+, lo que equivale a un grado especulativo denominado como "bono basura".
Pero ¿que hizo mal Brasil para que S&P disminuya su calificación? Justamente aplicar las políticas económicas que la misma calificadora crediticia recomendaba hace algunos años como prerrequisito para subirle la nota a su deuda.

Standard and Poor´s había sido, allá por el 2008, la primera de las tres grandes agencias de calificación en concederle a Brasil una mejor posición en cuanto a los diferentes estratos que existen de riesgo de default. Brasil en ese entonces pasaba a adquirir la categoría de "investment grade" entrando de este modo en una calidad de inversión considerada como más segura.

Las condicionalidades que se requerían a priori para que el país vecino pudiera adquirir esta mejora en su calificación en cuanto al riesgo de impago estaban basadas en las recetas ortodoxas por excelencia, aquellas que nuestro país se vió forzado a implementar durante la década de los noventa y que nos consagraron bajo el rótulo de los "mejores alumnos". Así fue como un fuerte paquete de contención fiscal, monetaria, desregulación de los mercados de capitales, apertura comercial, entre otras medidas, fueron aplicadas con el consecuente perjuicio que era esperarse sobre la situación económica brasilera.

Brasil no solo no creció bajo la implementación de las recetas sino que se sumergió en una profunda crisis económica, política y social que, junto a otros hechos de relevancia, como la corrupción en su empresa petrolera de bandera, han puesto en jaque al gobierno de Dilma Rouseff en diferentes oportunidades.

Lejos de saciarse, en septiembre del año pasado, la misma calificadora que fue la pionera en subirle el ranking a Brasil en el 2008, también fue la primera es rebajárselo nuevamente al estrato BB+. En su informe S&P destacaba que el deterioro de las cuentas fiscales de Brasil se había incrementado al mismo tiempo en que ponía en duda la aplicabilidad de las políticas correctivas adecuadas dado el descontento político imperante.

Es pocas palabras, Brasil cumplió con el programa dictado, su posición económica empeoró notablemente como consecuencia de las políticas aplicadas, y la agencia S&P lo degradó con el argumento de que los ajustes efectuados no fueron suficientes, y se deberían haber encarado con una mayor severidad.

Por otro lado esta recalificación del riesgo de impago de la deuda se encuentra agravando la crisis económica brasilera en la medida en que lo imposibilita de acceder a fondos de inversión que solo pueden destinarse a activos con un determinado techo de riesgo implícito.

Este proceso iniciado en Brasil en el 2008 y que tuvo un desenlace hace algunos meses, entre muchos otros ejemplos que existen en el mundo, permiten desenmascarar a las calificadoras riesgo que se presentan generalmente como entes independientes dedicados a redactar códigos de buena conducta en materia macroeconómica.

Casos como el brasilero permiten describirlas más bien como herramientas extorsivas para los países considerados en vías de desarrollo que se enmarcan en una estructura financiera internacional destinada a promover su dependencia de los organismos internacionales de crédito.

No se trata de mantener una política macroeconómica correcta o incorrecta, se trata de estar dominados y subordinados a exigencias foráneas con las subsiguientes implicancias que eso acarrea en términos políticos, económicos, y sociales para cada país.

En cuanto a la credibilidad que puede llegar a tener S&P no está de más recordar que ya había quedado fuertemente desacreditada a escala mundial, junto a otras calificadoras de renombre, por el rol que asumieron en la crisis de las hipotecas subprime. En este caso fue el mismo Departamento de Justicia de los EE.UU el que se encargó de realizar una investigación sobre el rol de las calificadoras en la generación de la crisis luego de la cual S&P admitió su responsabilidad.

S&P fue acusada de engañar a inversores sobrevalorando la calidad de los activos hipotecarios que dieron lugar a la crisis financiera del 2008 y se acordó que pague una multa cercana a los US$ 1.400 millones. Según el Departamento de Justicia norteamericano la calificadora admitió que sus notas se vieron influenciadas por su propia búsqueda de beneficios. Esta participación en la crisis de las hipotecas subprime fue uno de los tantos acontecimientos que echaron luz sobre el supuesto papel de arbitro imparcial de las calificadoras internacionales de riesgo, y particularmente sobre el caso de la agencia S&P.

Volviendo al caso argentino, luego que Standard & Poors subiera la nota de la deuda, la misma calificadora argumentó en un informe que la mejora "refleja los pasos recientes para resolver algunos desequilibrios económicos sustanciales de larga data". Lo cierto es que bajo la excusa de los "desequilibrios económicos sustanciales" se deja abierta la puerta al mismo recetario neoliberal que supo arrodillarnos en un pasado no muy lejano.

Para los distraídos la suba de la nota crediticia argentina será una buena noticia que simboliza una mejora en la confianza generada a partir de la llegada de un gobierno más "market friendly". Los más avispados recordarán el caso brasilero y se permitirán dudar sobre las buenas intenciones, tanto del gobierno nacional, como de las agencias de calificadoras internacionales.

* Investigación original: Sergio Soloaga



Bibliografia
http://eppa.com.ar/

http://eppa.com.ar/mejora-la-calificacion-crediticia-una-buena-noticia/