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| Artículos de opinión

La política agraria al debate y urgentemente (una reflexión sobre dos entrevistas a Daniel Filmus)

Autor | Pedro Peretti


Conflictos de Interes
El autor no manifiesta conflictos de interés


Palabras Claves
Daniel Filmus, debate, política agropecuaria, reforma agraria, renta agraria, sojización, tenencia de la tierra



22-12-2016 | Es la segunda vez en el último mes, en el diario Página/12, que Daniel Filmus ensaya una autocrítica sobre el resultado electoral del año pasado. "Es una mirada hacia atrás para ver que transformaciones no pudieron concretarse y deben ser parte de un programa para enfrentar al macrismo", decía en uno de los reportajes, el pasado 9 de diciembre (ver bibliografía). La intención, sin dudas, es por demás loable. Se basan las entrevistas en el libro del que es compilador titulado "Pensar el kirchnerismo". Ahora bien, en el largo raconto de las cuestiones a mejorar o cambiar hecho por el ex funcionario, no incluye, nunca -al menos no lo vi- la política agropecuaria. A mí criterio, es allí donde más deudas nos quedaron pendientes. Este es simplemente un aporte al debate.



Que en la Argentina en general y en el movimiento nacional y popular en particular no se discuta la política agraria, siendo un país agrario, constituye un triunfo cultural de la oligarquía terrateniente doméstica, que odia que le "cuenten las costillas".

En la lista de cuestiones irresueltas o inacabadas, "el sector agropecuario" no figura ni a los premios. Con solo mirar el mapa del resultado electoral y ponerlo sobre el mapa productivo agrario, debería ser suficiente para darse cuenta del error e incorporarlo rápidamente al inventario y al debate (ver imagen). Y no en cualquier lugar de la lista, al tope-tope, y por varios cuerpos. Este punto es neurálgico para el movimiento nacional y popular.



Mapa con los resultados de las elecciones de noviembre último. La ubicación geográfica de los votos, salvo excepciones, reflejaron la disputa histórica de modelos contrapuestos. Fuente: Libro Néstor y Cristina Kirchner, de Julio De Vido y Federico Bernal.

No se puede gobernar este país sin política agropecuaria propia, dejando que las grandes corporaciones y los mega-productores, en nombre del mercado, la ejecuten. Es imprescindible poner esto en discusión, y analizar los mecanismos pertinentes para una buena práctica de gestión. Es estratégico.

No podemos regarle la pequeña y mediana burguesía agraria a la derecha; ni desde lo electoral, ni desde lo económico-cultural; debemos sustraerla del área de influencia de la oligarquía terrateniente y ponerla como un actor central del nuevo modelo productivo. No es indistinto el quiénes, el cuántos y en explotaciones de qué tamaño, se producen los alimentos, tanto para el consumo interno como para la exportación. Allí hay recursos humanos, capital, y territorialidad que pueden aportar mucho, mucho más de lo que se piensa; tanto en crear empleo, como en la generación divisas, y ni que hablar en cuanto a la ocupación geopolítica del territorio, un tema que no figura en la agenda de la derecha, pero en la nuestra sí debe estar.

Que en la Argentina en general y en el movimiento nacional y popular en particular no se discuta la política agraria, siendo un país agrario, constituye un triunfo cultural de la oligarquía terrateniente doméstica, que odia que le "cuenten las costillas". El poco debate agrario que existe, está dominado por los términos teóricos y facticos, que nos fija el neoliberalismo.

No hay ningún esfuerzo de los sectores populares para discutir con parámetros propios, originales, un nuevo paradigma agropecuario. La derecha construyo la idea de que el sector es un gueto que se auto-conduce, y que nadie puede inmiscuirse; solo riñe por temas epidérmicos, que hacen al provecho de los grupos monopólicos, como por ejemplo: impuestos, tipo de cambio, infraestructura, etc. Nunca debate temas estructurales, que hacen al interés del conjunto; este, su gran logro político-cultural.

¿A qué temas me refiero? Al uso y tenencia de la tierra, a la sojización, el impuesto al latifundio, el sujeto agrario, las políticas públicas diferenciadas, a la segmentación, la deforestación, las migraciones, etc. De todo esto, ni que se lo nombren. Esta es una claudicación de la política, de toda la política, una que resignó al mercado la conducción del sector más estratégico de la vida económica nacional.

Es que se puede defender correctamente los intereses populares si no se tiene una política agraria acorde con esos intereses. Por cierto, no es que se puede transformar "el todo" y dejar "eso" intacto sino al revés. Las trasformaciones deben empezar por allí, por poner en caja ese sector. Es ese territorio al que hay que subordinar, porque es el que justamente viene trabando históricamente el desarrollo industrial del país, fuente además de todas las inestabilidades históricas de la democracia.

En suma, necesitamos reconquistar una porción de la burguesía agraria para viabilizar nuestro proyecto político. Ésta no ha agotado aún su rol histórico. Fue innecesariamente agredida, así que debemos seducirla nuevamente. Más ahora, después del triunfo de la derecha, que acaba de ganar por primera vez una elección en democracia. Un error correctamente analizado, es la base para el mejor y más rápido regreso.



Bibliografia
Entrevista a Filmus en Pagina/12
https://www.pagina12.com.ar/7763-hay-que-elaborar-un-modelo-de-desarrollo