Fuente: Diario Clarín, 25 de noviembre de 2010.

El impacto de la "pesada herencia" colonial en el subdesarrollo y el empobrecimiento africanos
El mismo año que Cristina formulaba esa denuncia, el prestigioso Instituto Universitario de Altos Estudios Internacionales (Universidad de Ginebra, Suiza) publicaba un brillante informe titulado "África: 50 años de independencia".


Fuente: Dossier - Afrique: 50 ans d indépendance - Revue Évolutions des politiques de développement. Universidad de Ginebra, Suiza, 2010.

El trabajo repasa los impactos de la herencia colonial sobre el último medio siglo de desarrollo económico africano, atribuyendo a esta suerte de "pesada herencia" el subdesarrollo posterior, sobre todo en el África Subsahariana. Citamos, al respecto, los siguientes datos más que ilustrativos:

1) Desde el 1900, África se caracterizó por una abrumadora cantidad de tierras ricas y fértiles, en simultáneo con escasez de mano de obra y capitales. A los fines de suplir tales deficiencias, las firmas europeas y las administraciones coloniales invirtieron en infraestructura e instituciones dedicadas a desarrollar al continente como un productor-exportador de materia prima;

2) Las administraciones coloniales tenían prohibido el acceso a mercados de capitales extranjeros por parte de las metrópolis, las cuales preferían que sus posesiones sean fiscalmente autosuficientes y con cuentas equilibradas;

3) Si bien la introducción de monedas locales en las colonias persiguió reducir los costos de sus transacciones comerciales, las metrópolis siempre negaron a sus subordinados la autonomía para emitir moneda. Las colonias francesas utilizaban el franco, por ejemplo;

4) En el África occidental bajo dominio británico se permitió la emisión de la "libra colonial", aunque solo convertible 1 a 1 con la libra original (británica propiamente dicha);

5) Fue sólo con la independencia, cuando los nuevos gobiernos africanos tuvieron la posibilidad de crear un sistema monetario nacional; y

6) Las transiciones a la independencia implicaron siempre un mayor control de los presupuestos domésticos por parte de políticos locales, miembros de las corrientes emancipadoras. A diferencia de las administraciones coloniales, el primer destino del gasto (léase inversión) pasaba por la construcción de un aparato estatal.

Memorias de la Administración semicolonial 2001 - Parte 1
En el primer año del nuevo siglo, casi un 40% de la población argentina, esto es, cerca de 15 millones de compatriotas (treparía al 50% en 2002) en la pobreza y la indigencia. La deuda externa como porcentaje de la riqueza nacional: 55%, la más alta después de la gran jugada de Martínez de Hoz de estatizar la deuda, como es sabido, magistralmente consumada por Domingo Cavallo, Carlos Melconian y Daniel Marx. Deuda con el FMI como porcentaje de la deuda externa total: 90%, la más alta desde el ingreso del país al organismo en 1956.

Desempleo más subdesempleo: arriba del 30%. Una economía dolarizada de facto, y un pueblo aún más dolarizado, que es mil veces peor. Semejante debacle no había caído del cielo o arribado en platillo volador. A excepción de algunos meses de espejitos de colores, el empobrecimiento de las clases populares venía desde 1975. El 2000 nos encontró sometidos y en vías de extinción. Impuestazo en enero y acuerdo "histórico" con el FMI; rebaja de salarios en mayo; reforma previsional en noviembre y ... en diciembre, aprobado el "presupuesto" para 2001. Su aprobación posibilitó que el FMI nos concediera un "blindaje" de 40.000 millones de dólares. Entrevistado por el diario Clarín el 14 de enero de 2001, el ministro de Economía José Luis Machinea, eufórico y confiado, nos decía: "Es un buen momento para comprar autos o casas".


Fuente: Diario Clarín, 30 de noviembre de 2000. En el mensaje de remisión del Poder Ejecutivo (septiembre) se lee: "Para el año 2001 se prevé un uso más eficiente de los recursos necesarios para cumplir con los objetivos del Estado, en un marco de restricción del gasto público, de manera compatible con el control del déficit fiscal y en línea con las medidas tomadas desde diciembre de 1999".

Breve repaso al susodicho "presupuesto": 52.000 millones de pesos (dólares) en erogaciones. El destino más importante de los recursos generados por los argentinos y argentinas (46.400 millones): los pagos de los intereses de la deuda, unos 11.143 millones (22% del gasto total). Salud, unos 2.970 millones 5,7%; Educación y Cultura algo parecido; Ciencia y Técnica 1,3%. Déficit fiscal: cerca de 7.000 millones. Durante su votación, la bancada opositora logró restablecer la quita del 12% a empleados del sector público. Machinea anunció que el Ejecutivo vetaría la decisión por tratarse de "un acto demagógico".

El 29 de diciembre, el "presupuesto" se aprobó por Decreto 1303, firmado por De La Rúa, Chrystian Colombo, Machinea, Jorge De La Rúa (hermano del presidente), Federico Storani, Fernández Meijide, López Murphy y Patricia Bullrich, entre otros. En sus considerandos se lee (subrayado es nuestro): "Que la situación de emergencia económica y fiscal por la que atraviesa el país ha obligado a la revisión de las variables macroeconómicas con las cuales fue elaborado el Proyecto de Presupuesto remitido oportunamente por el Poder Ejecutivo Nacional, reviendo en consecuencia, el déficit allí previsto en consonancia con lo acordado con los Organismos de Crédito Internacionales... Bajo tales premisas resulta imposible apartarse tanto de las metas consensuadas para el nivel del gasto cuanto para el déficit". Pero la debacle prosiguió, entre otras cosas, porque la administración semicolonial, con muy poco para rematar (privatizar), contaba aún con muchos ciudadanos por empobrecer. La agudización necesitaba del más corajudo y arrojado de todos los operadores de mercado.

Memorias de la Administración semicolonial 2001 - Parte 2
López Murphy, con posgrado en la Universidad de Chicago, reemplazó a Machinea. Su designación recibió fuerte respaldo del FMI, que además aprovechó la ocasión para ratificar "su apoyo al programa de recuperación económica". Por su parte, el embajador de EE.UU. en nuestro país consideró que Fernando De la Rúa había tomado una "decisión brillante" al nombrarlo, agregando un emotivo patrocinio: "Yo lo conozco desde hace muchos años, es una persona sumamente capaz, un economista mundialmente conocido que comparte la filosofía de todas las democracias basadas en los mercados abiertos".

El titular del BID, Enrique Iglesias, no se quedó atrás. Dijo que De la Rúa había hecho "una muy buena elección", justificándose en estos términos: "Creo que tanto los mercados como nosotros hemos visto con mucha simpatía el nombramiento de una persona que tiene sobrados atributos y credenciales para asegurar una muy eficiente gestión económica".

Mientras tanto, el diario The Wall Street Journal calificaba al flamante ministro como "un economista respetado muy bien calificado por los inversores internacionales", confiando en que "insista en que la recuperación argentina depende de cortes profundos en el presupuesto y una [nueva] reestructuración...". (1) ¿Cómo llamar a López Murphy? ¿Funcionario o administrador? Si algo estaba claro era su cargo como funcionario designado por la metrópoli para administrar las paupérrimas cuentas de la paupérrima semicolonia.


Fuente: The Wall Street Journal, 5 de marzo de 2001. El título traducido: "La Argentina de De la Rúa designa al Gabinete a economista entrenado en EE.UU.".

Cuando asumió Ricardo Hipólito (nombre de pila de este señor) los mercados abrieron al alza y el riesgo país cayó estrepitosamente. Su "programa" económico fue anunciado en la Bolsa de Comercio a mediados de marzo, ante auditorio colmado. Cuando el funcionario criticó a sus oponentes, fue aplaudido durante más de un minuto. López Murphy entonces ironizó: "Muchas gracias por los aplausos, pero no se olviden que vivimos en un sistema institucional, así que, a mandar cartas a los legisladores [para que aprueben sus medidas]". Hermoso concepto de sistema institucional el de Ricardo: ¡Empresarios por encima del Poder Legislativo! El público desencajado de pasión volvería a ovacionarlo, esta vez de pie.

Se había puesto en marcha un brutal recorte al "presupuesto" aprobado unos meses atrás, recorte obviamente que dejaba intacto los pagos de la deuda. ¿Qué estaba sucediendo? Aparentemente, el déficit fiscal previsto para el año superaba lo permitido por el FMI y comprometía futuros recursos del blindaje. La administración semicolonial del país preveía ahorrar unos 2.500 millones adicionales. Manuel Solanet, mano derecha de López Murphy junto con Federico Sturzenegger (funcionario y miembro del equipo de López Murphy), reconocía públicamente por Radio Continental que reducirían en 80.000 los empleos del sector público. (2)

Pero el pueblo de la semicolonia se negó a cavar su propia fosa. El ministro duró menos de dos semanas. Las metrópolis debieron designaron entonces otro funcionario para la administración semicolonial de la Argentina.

Memorias de la Administración semicolonial 2001 - Parte 3
Domingo Cavallo era un hombre moderado (en relación a López Murphy) y todo un visionario. Propuso atar el peso a una canasta entre el dólar y el euro. Envió el proyecto al Congreso para ser aprobado, encarando en paralelo una fuerte presión mediática. El superministro nos vendía, a través del diario Clarín del 17 de marzo de 2001, su nuevo plan: "El peso será más estable. La nueva convertibilidad dará más estabilidad de precios. Es un gran avance en el sistema monetario argentino", por eso, "vamos a pasar a una moneda más estable. Porque hoy el dólar es inestable. Como está muy apreciado, nos provoca deflación. Y la deflación es tan mala como la inflación. Nos pegamos al promedio de las dos monedas y estaremos en el mejor de los mundos".


Fuente: Diario La Nación, 22 de abril de 2001.

Su iniciativa, sin embargo, fracasó; las metrópolis presionaron por más ajuste: el déficit cero, reforma brutal del Estado (fusión, centralización; cierre de empresas públicas, ministerios, carteras, etc.), el corralito. Cuando Cavallo se fue del Palacio de Hacienda en 1996, el país estaba en recesión, desempleo récord, aumento notable de la pobreza, déficit fiscal, endeudamiento público un 70% superior al que existía al comienzo de su gestión, etc. ¿Era conveniente volver a recurrir a este economista experto? Nada mejor para una Argentina granero del mundo.

El 19 de marzo, De la Rúa hacía un llamado a la unidad nacional para apoyar la nueva gestión y al programa de Cavallo, más conocido como Ley de Competitividad. ¡Qué gentiles las metrópolis con la semicolonia! Sus intenciones eran loables: ¡Querían desarrollar nuestra competitividad! 900 millones de pesos en nuevos ajustes, la mitad proveniente del bolsillo de jubilados y empleados públicos, bolsillos rebosantes de dinero por supuesto.

En agosto de 2001 se concretaría un nuevo acuerdo con el FMI, contemplando un desembolso de 5.000 millones (4.000 para reforzar las reservas del BCRA). Cavallo viajó a Washington para participar de la despedida de Stanley Fischer, ex número dos del FMI. Aprovechó el viaje para entrevistarse con su reemplazante, Anne Krueger, de quien dijo ser "un buen amigo de ella. La conozco desde hace 18 años". Pero sus amigos no quisieron largar prenda; el préstamo nunca llegaría.

La "desconfianza" que generábamos superaba cualquier lazo de amistad. No vendría un solo dólar más sin el déficit cero y sin un compromiso de todas las provincias para cumplirlo. Llegó entonces el tiempo de presentar el "Presupuesto 2002".


Fuente: Diario La Nación, 14 de septiembre de 2001.

Memorias de la Administración semicolonial 2001 - Parte 4
La administración semicolonial mantenía los recortes salariales, las podas del 13% a las jubilaciones y a las asignaciones familiares (dispuestos a mitad de año), pero proponía una nueva baja del gasto del orden de 9.000 millones de dólares.

El jefe de Gabinete Colombo explicaba así su conversación con las autoridades de la Cámara Baja con vistas a ganar su voto: "Les manifesté la necesidad de la mayor premura y seriedad posible para el tratamiento de la ley, porque es importante para la política económica y es imprescindible y una de las condicionalidades para obtener el desembolso del FMI". Claro que podía fallar, aunque si fallaba, ahí estaba el Plan B: de no cumplirse las metas de "ahorro" ni de recaudación, Economía ya había definido "no pagar el aguinaldo de los empleados públicos ni de los jubilados" durante 2002:


Fuente: Diario Clarín, 22 de noviembre de 2001.

Una nueva administración semicolonial
Los "presupuestos" de la orgía neoliberal hasta 2003 fueron diseñados para remachar la dependencia, el subdesarrollo y la destrucción de un Estado nacional soberano, con un mercado interno pujante y autosuficiente, cuya economía aspirara a ser otra cosa que rol de eterna proveedora de recursos primarios. Fueron, en todos los casos, "presupuestos" como los que París, Londres y demás metrópolis europeas elaboraban e imponían a sus posesiones coloniales en África, pesada herencia colonial que al día de hoy sigue explicando el subdesarrollo masivo del continente negro y la exclusión de cientos de millones de africanos y africanas no ya del sistema capitalista sino del planeta Tierra.

Con la llegada del kirchnerismo, la historia lógicamente cambió, pues emergía un sistema de gobierno genuinamente democrático, popular y nacional. Los presupuestos pasaron a elaborarse en la República Argentina, en función del progreso nacional y del progreso popular. Doce años de presupuestos elaborados, gestionados y ejecutados por auténticos funcionarios públicos, en lugar de elaborarse en despachos foráneos y por funcionarios extranjeros para, de allí en más, bajarse a los administradores locales por ellos mismos elegidos, responsables domésticos de su gestión y ejecución.

Pero una nueva administración semicolonial ha vuelto a la Casa Rosada. Los seis puntos destacados por el excelente trabajo sobre el África contemporánea se reflejan en sus aspectos negativos o antipopulares como pilares del Proyecto de Ley del Presupuesto 2019.


Fuente: Diario Infobae, 26 de septiembre de 2018. Epígrafe que acompaña la foto: "Steve Mnuchin, secretario del Tesoro de Estados Unidos, y Nicolás Dujovne durante la última reunión de G20 de ministros de Finanzas". La nota arranca así: "Como uno de los miembros de mayor poder en el Fondo Monetario Internacional, la influencia del gobierno de Estados Unidos fue clave para que la Argentina lograra un nuevo acuerdo por 57.100 millones de dólares".

Las "Memorias de la Administración semicolonial" vuelven a escribirse, apuntando siempre a concluir el lógico desenlace propuesto para aquella anarquía que siquiera era confiable a los "inversores": ceder la soberanía económica, comercial y financiera a un equipo de notables en Washington. Hablamos de la propuesta de Dornbush de 2002, hoy hecha realidad y trágicamente retratada en esta foto sacada en el momento de anunciar, no ya el acuerdo con el FMI por 57.100 millones de dólares, sino la toma de posesión de la señora Lagarde al frente del Poder Ejecutivo Nacional, esto es, su degradación a administración semicolonial:


Fuente: Diario Perfil, 26 de septiembre de 2001.

Conclusión
Llegado a este punto, repasemos las primeras líneas de la introducción. ¿Hacía bien la legisladora Cristina Fernández de Kirchner en rechazar la Ley de Presupuesto del 2001, elaborada por el gobierno de Washington y los técnicos del FMI para su ejecución en la semicolonia argentina? Es que, ¿merece calificarse de "Presupuesto" un programa de ajuste, empobrecimiento y subdesarrollo? Y al Poder Ejecutivo que lo promueve y ejecuta: ¿Gobierno o administración semicolonial? Y a los funcionarios públicos de ese Poder Ejecutivo: ¿Funcionarios o simples administradores de empresas privadas y militantes fundamentalistas del mercado, es decir, servidores de intereses ajenos en detrimento del interés argentino y nacional?


Fuente: Diario Clarín, 25 de noviembre de 2010. Es la imagen que acompaña la nota aludida en la introducción. Magnetto recordaba el rechazo de Cristina Fernández de Kirchner diputada al supuesto presupuesto de 2001. En la foto también se ven Humberto Roggero, entonces Jefe del Bloque del PJ, Mario Das Neves y Pichetto.

Cuando las corporaciones mediáticas afines a un país sin destino, presente ni futuro critiquen la decisión de rechazar el Presupuesto 2019 por parte de la única fuerza opositora capaz de extirpar de la Casa Rosada al Fondo Monetario Internacional, sépase que "Presupuesto" es otra cosa. Tan simple, pero a la vez tan cardinal. Pues como en las demás cuestiones capitales, la recuperación de la Argentina para su pueblo debe arrancar todo debate por lo básico.

No hay Poder Ejecutivo, sino una administración lacaya del terrorismo financiero y especulador occidental. No hay ningún "presupuesto", sino un programa para el sometimiento, la dependencia y la destrucción de la Argentina en calidad de Estado-nación soberano.

Por eso, antes de debatir el "Presupuesto", debatir primero qué es un Presupuesto y a quiénes se destina.

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(1) Las citas de este párrafo obedecen al resumen que el portal El Día hizo de la prensa argentina e internacional con motivo de la designación de López Murphy. El nuevo ministro recibió un fuerte apoyo del FMI y EE.UU., 6 de marzo de 2001.

(2) ¿Quién fue Manuel Solanet? Según consta en el CV publicado online por FIEL y que citamos textualmente: "Desde 1983 es Director y Presidente de INFUPA S.A. (Asesoramiento en inversiones, fusiones y adquisiciones), actuando en el área de Mergers and Adquisitions (sic) y Privatizaciones. Ha participado en más de 300 casos de adquisiciones en la Argentina. Asistió exitosamente a grupos privados en la privatización de teléfonos, ferrocarriles y energía eléctrica". Pero el CV de Solanet no termina ahí. Volvemos a citar textualmente: "...es Consejero Académico de FIEL... Fue Secretario de Hacienda de la Nación (1981/82) y Secretario Técnico del Instituto Nacional de Planificación Económica (1977/81). Actuó en la Dirección Nacional de Política Económica (1967/68) y en el Consejo Nacional de Desarrollo (1963/67)...". Es decir, y como se advierte, este señor ha sido funcionario de prácticamente todas las dictaduras genocidas, a excepción de la Fusiladora de 1955. Fue uno de los civiles cómplices de la dictadura de 1976, luego convocado por López Murphy en 2001 junto a Federico Sturzenegger.