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Energia

| Artículos de opinión

La Argentina a la vanguardia regional y mundial en sustentabilidad energética

Autor | Federico Bernal


Conflictos de Interes
El autor no manifiesta conflictos de interés


Palabras Claves
Atucha II, Consejo Mundial de la Energía, gasto público, índice de sustentabilidad, neoliberalismo, Plan Energético Nacional, renacionalización YPF, renovables, seguridad energética, subsidios, World Energy Council



14-05-2014 | Sobre el \"Índice de Sustentabilidad Energética\" (ISE) elaborado por el Consejo Mundial de la Energía (CME). A pesar de su concepción mercadista (neoliberal), el ISE posiciona a nuestro país a la vanguardia de América Latina como el tercer país después de Costa Rica (1) y Colombia (2) con el mejor desempeño. Cabe destacar a propósito que, al comparar los puntajes totales de las categorías específicamente "energéticas", esto es, exceptuando las categorías más subjetivas "política", "economía" y "sociedad", la Argentina alcanza la primera posición a nivel latinoamericano y la segunda a nivel americano (después de Canadá). El CME tipifica también el ISE pero en función del PBI per cápita. Bajo esta segunda clasificación, la Argentina se posiciona como la sexta economía mundial para este grupo (sobre un total de 34) y primera latinoamericana con el mejor indicador ISE.


El Consejo Mundial de la Energía (CME) es una institución del sector energético internacional acreditada por la ONU. Con sede en Londres, representa a más de 3.000 organizaciones públicas y privadas en unos noventa países (la Argentina es miembro). Entre sus muchas actividades y tareas, el CME publica una frondosa cantidad de indicadores. Entre estos últimos destaca el denominado Índice de Sustentabilidad Energética (ISE), índice aplicado a 129 naciones.

El Trilema Energético
El ISE clasifica a los países en términos de su capacidad de proveer políticas energéticas sostenibles mediante el concepto denominado "Tres dimensiones del Trilema Energético". Las dimensiones son: 1) Seguridad Energética (la gestión eficaz del suministro primario de energía de fuentes domésticas y externas; la fiabilidad de la infraestructura energética; y la capacidad de las compañías de energía participantes para satisfacer la demanda actual y futura); 2) Equidad Energética (la accesibilidad y asequibilidad del suministro de energía para toda la población); y 3) Sustentabilidad Ambiental (el logro de la eficiencia energética del lado del suministro y del de la demanda; y el desarrollo del suministro de energía a partir de fuentes renovables y otras fuentes con baja emisión de carbono).

Índice de Sustentabilidad Energética (ISE)
El ISE se aplica sobre más de 129 países de los cinco continentes, y otorga un puntaje por "equilibrio" entra las tres dimensiones aludidas. Asimismo, se tiene en cuenta para la elaboración del ISE el estado de la economía, la política y la sociedad. Mientras que el índice propiamente dicho mide el desempeño total, la puntuación de equilibrio la forma en la que un país gestiona las compensaciones entre las tres dimensiones (la seguridad energética, la equidad energética y la sustentabilidad ambiental). En cuanto a las valoraciones de equilibrio, el CME explica que "La mejor calificación -A- se otorga a los rendimientos muy elevados. Los países con buenos resultados son premiados con la calificación -B-. Los rendimientos especialmente altos reciben la calificación -AAA-, mientras que los países cuyo rendimiento aún no es bueno reciben una puntuación -DDD-".

La Argentina en el ISE
A pesar de su concepción mercadista (neoliberal), el ISE posiciona a nuestro país a la vanguardia de América Latina como el tercer país después de Costa Rica (1) y Colombia (2) con el mejor desempeño. Cabe destacar a propósito que, al comparar los puntajes totales de las categorías específicamente "energéticas", esto es, exceptuando las categorías más subjetivas "política", "economía" y "sociedad", la Argentina alcanza la primera posición a nivel latinoamericano y la segunda a nivel americano (después de Canadá). El CME tipifica también el ISE pero en función del PBI per cápita. Bajo esta segunda clasificación, la Argentina se posiciona como la sexta economía mundial para este grupo (sobre un total de 34) y primera latinoamericana con el mejor indicador ISE.



Crítica a la visión mercadista del CME
El comentario que la situación energética nacional merece a los autores del índice: "En general, la Argentina continúa equilibrando bien las tres dimensiones del Trilema energético. Si bien los indicadores de seguridad energética siguen siendo relativamente estables este año, el declive de la producción de hidrocarburos aumenta la dependencia del país respecto de las importaciones de combustibles y probablemente causará descensos más notables de la seguridad energética en el futuro cercano". Queda claro, en este sentido, que la recuperación de YPF y la reversión en las caídas de la producción de crudo y gas de la empresa (que impacta fuerte y positivamente por su participación relativa en la producción nacional para ambos hidrocarburos) no constituyen un elemento de seguridad energética. En cuanto a la evolución del ISE desde 2011, el CME señala que "la Argentina cae siete lugares... debido al deterioro de la seguridad energética y las dimensiones de la equidad energética, siendo impulsada esta última por el aumento de los gastos domésticos en electricidad". Insólita relación la hallada por el CME entre el aumento del gasto doméstico y la equidad energética. En realidad, tal posición se explica a partir de esto que sigue, y que los autores titulan bajo "Tendencias y Perspectivas": "Con la política energética actual, que continúa ofreciendo precios bajos a los productores y subsidios elevados a los consumidores, existen pocas posibilidades de revertir la declinación de la producción. La producción de petróleo disminuyó un 30% desde 1998, mientras que la de gas natural disminuyó un 8% desde 2006. Como consecuencia, la Argentina, que era un exportador neto de energía en el año 2006, con un superávit de 6.000 millones de dólares, se ha convertido en un importador neto de energía en 2011 con un déficit de 3.000 millones". Una vez más, se advierte un fuerte sesgo neoliberal en la argumentación. "La falta de inversión en todos los sectores de la energía (sic) se ha convertido en un gran desafío, intensificado aún más por la nacionalización de YPF (expropiación de las acciones de Repsol en la compañía petrolera más grande de la Argentina), donde la nueva administración está esforzándose por atraer a nuevos inversionistas, necesarios para explotar las grandes reservas no convencionales de petróleo y gas natural existentes en la Argentina. Las autoridades necesitan centrarse urgentemente en el restablecimiento de los mercados energéticos y en atraer gran cantidad de inversiones mediante la aplicación de normas y reglas claras y estables". Como conclusión podemos afirmar lo siguiente: por medio del CME y sus miembros argentinos nucleados en CACME (todos privados a excepción de YPF SA) hablan las tradicionales voces del sector -local y extranjero- que presionan para el retorno de las políticas energéticas de los noventa, 2000, 2001 y 2002, es decir, el mercadismo energético. Se entiende así que la renacionalización de YPF, el aumento del "gasto público" y los subsidios a la energía (los argentinos son del 2,88%/PBI; el promedio mundial 2,7%, 3,3% el de EE.UU., 6,8% el de China, entre otros) sean considerados factores negativos. Sin embargo y a pesar del "mal ejemplo", la CME no puede esconder ni dejar de destacar la excelente ubicación de la Argentina en el ranking regional, continental y mundial por él elaborado. Salvo que factores políticos (neoliberales) terminen sometiendo a los energéticos en las próximas ediciones del ISE, el indicador para nuestro país no hará sino mejorar en los próximos años, al verse reforzado por: 1) la progresiva certificación de reservas en Vaca Muerta (ausente siquiera como reservas potenciales en el ISE 2013); 2) la notable recuperación de YPF, arrastrando positivamente a los demás actores privados y Petrobras; 3) los 10.000 MW adicionales a ser incorporados en el próximo trienio, de los cuales el 50% provendrá de centrales hidroeléctricas y un 20% de Atucha II, Embalse y Atucha I; 4) la profundización de las políticas en energías renovables, con eje en la eólica, de exponencial crecimiento en estos últimos años; 5) la profundización de las políticas de ahorro y uso eficiente de la energía; 6) la rebaja en los subsidios para el gas natural; y 7) la continuación de las ampliaciones de la capacidad de transporte de gas natural y electricidad (sumada a la consolidación del grado de interconexión eléctrica nacional). Expresa el CME al final de su comentario y a modo de conclusión: "La Argentina, aunque se ubica relativamente alto en el índice, aún enfrenta grandes retos y se prevé que descienda aún más". ¿Ya prevén un descenso? La realidad tendrá la última palabra.



Bibliografia
- ISE WEC 2013.