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Gasoducto Presidente Néstor Kirchner: justicia social y soberanía energética

Autor | Belen Ennis


Palabras Claves
ahorro de divisas, Alberto Fernández, anuncio, gas, Gasoducto Néstor Kirchner, GPNK, industrialización, integración regional, justicia social, Litoral, Norte, obras complementarias, Patagonia, primera etapa, servicio público, soberanía, sustitución de importaciones, transición energética, Vaca Muerta



01-12-2021 | El presidente Alberto Fernández anunció el pasado jueves 25 de noviembre la construcción de la primera etapa del Gasoducto Presidente Néstor Kirchner, una obra estratégica que saldrá desde Vaca Muerta con el objetivo de mejorar el sistema de transporte de gas, llevar el recurso en forma de servicio público a zonas históricamente postergadas y sustituir importaciones provenientes de Bolivia. En este breve informe, un recorrido por los aspectos principales de un proyecto que aportará justicia social y soberanía energética.



Fuente: Cronista (25 de noviembre de 2021).

El Gasoducto Presidente Néstor Kirchner (en adelante GPNK) forma parte de un conjunto de obras de infraestructura energética que permitirán ampliar el sistema de transporte de gas, mejorando la utilización de este recurso estratégico para el país, no sólo desde lo productivo sino también desde lo social.

Con una inversión de más de 2.000 millones de dólares -de los que el Estado Nacional aportará cerca de la mitad- y con una extensión de 1.050 kilómetros, el GPNK abastecerá progresivamente con gas de origen autóctono las demandas del Norte del país que ahora se abastecen con gas proveniente de Bolivia. En este sentido, se aprovechará la estructura gasífera de las transportistas TGS y TGN y se potenciará la neurálgica obra del GNEA, permitiendo también abastecer las regiones del Litoral y el Noreste.

Este último aspecto es crucial porque se trata de un área geográfica históricamente postergada por los gobiernos neoliberales de la Argentina, a los que no les interesó llevar el servicio público de gas el Norte del país, pese a que en el siglo XXI todavía hay argentinos y argentinas que allí habitan y no gozan de este derecho social.

Pero el GNK no sólo será importante para el Norte, también lo será para el Centro de la Argentina. Dotará, en este sentido, de mayor confiabilidad y seguridad al suministro de las demandas actuales que pertenecen al GBA. Y también estará implicada la zona Sur de nuestro país, ya que se utilizarán los enormes caudales de gas provenientes de los yacimientos de las cuencas Neuquina, Golfo San Jorge y Austral.

Como se constata, se trata de una obra faraónica y estratégica para nuestro país mediante la cual se podrá abastecer al mercado interno, reemplazando el GNL importado, ganando en autoabastecimiento y soberanía energética, aportando beneficios para la balanza comercial y mejorando el sistema de subsidios. Todo ello, además, abaratando los costos del abastecimiento local de gas y permitiendo generar exportaciones a los vecinos países de Chile y Brasil.

Finalmente, por si fuera poco, en un contexto en donde se está ponderando en todo el mundo la reducción de emisiones de Co2, el aporte del gas natural será fundamental en la transición energética. En esta cuestión, el rol de Vaca Muerta como segunda reserva de gas no convencional del Planeta, será una de las claves para encontrar en el gas, no el problema, sino gran parte de la solución en el camino del cambio que se impondrá a las matrices energéticas mundiales.